lunes, 28 de noviembre de 2011

El Intruso.


"Pronunciaba cada sílaba con la solemnidad interior de un místico enamorado. Pasaba su dedo índice por las palabras, más para complacerse en ellas que para marcar su paso. Fijaba su vista en el fondo de las letras como quien tiene una visión del todo que comprende las sombras del Libro. Y entonces, sólo por un instante tuvo esa visión que está vedada a los comunes hasta que un rayo lo fulminó, y el polvo de sus cenizas fue todo el testimonio de aquella usurpación divina."


Felipe Mondanel, Sobre las delicias y riesgos de la lectura, Buenos Aires, 1947.-

sábado, 26 de noviembre de 2011

Fuga y asilo.


"Fíjese, Don Manuel, ¿ve todo esos papeles? No tienen sentido alguno. El desaparecido los escribía porque tenía la idea de que mientras más hojas escribiera de sí mismo, más lograría vaciar su espíritu de ese cuerpo andrajoso en el que andaba. Yo no los leo para no darle el gusto de que habite en mi cabeza. Allá él."


Hilario Bielcassé, El destino de Juan der Buchstaben, 1927.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Calles embrujadas: de las leyendas al hecho científico.


"Dos de las esquinas de Biritos y Roque Saenz Peña tuvieron siempre fama de misteriosas. A partir de las dos de la mañana, y solamente con algunas lunas de otoño o previas a la primavera, extraños sucesos tenían lugar allí. Apariciones, vórtices espacio temporales, pérdidas de memoria o visiones proféticas eran comunes y raramente pasaban desapercibidas por quienes las transitaban. Pero el fenómeno más extraño ocurría cuando en esas noches aparecía cierto personaje, vestido con sobretodo negro y de apariencia igual de oscura. Solo se lo percibía  segundos antes de que, viniendo en sentido contrario, chocase su hombro con el de un transeúnte desprevenido, de modo apurado e indolente. Éste, sin quererlo, empezaba a mutar adquiriendo hábitos profundamente nocturnos, tales como la afección desmedida por las aceitunas negras y el escrutinio de constelaciones totalmente imaginarias. Algunas viejas del barrio me han comentado casos de maridos que, víctimas de tal fatalidad, desaparecieron una noche persiguiendo lunas que sólo ellos veían. Claro está que este rumor puede ser la romántica alegoría pergeñada por algunas mujeres abandonadas, brujas e insoportables." 

Hilario Bielcassé, Reseña de calles de Mendoza, 1944.

La Tentación.


"Finalmente se sentó frente a la taza de café humeante. Dudó por un segundo si no era más apropiado postergar el sabor para que el deseo lo tornase más intenso. Pero luego caviló que la duda misma era un infierno que no le estaba permitido sino a los aventureros y herejes. Al fin y al cabo él era un hombre perezoso y obediente, y un simple placer del gusto no le iba a tentar en la búsqueda de nuevas sensaciones. Bebió un sorbo y sintió una cierta culpa al disfrutarlo, pero se supo feliz de saber que ése era su infierno: lleno de pequeñas culpas, predecible, pequeño, burgués e inmutable. Un infierno delicioso y seguro."

Marcelo Vía, Las vidas de Hécate, 1927.

Diablos decepcionados.



"(...) y si bien nos toca en suerte ocuparnos un mundo liberal y capitalista, la venta de almas ha alcanzado niveles notoriamente bajos; no tanto, quizá, por lo sutil de la mercancía, sino por el escaso valor que ostenta la mayoría de esos pobres fiatos divinos que se contentan con aspiraciones tan vanas como pueriles se perfilan sus infiernos. Y no debe haber algo más espantoso que una eternidad estúpida ni tampoco diablos interesados en su comercio."

Hilario Bielcassé, Sociología del Averno, 1932.

La circular coherencia de un piadoso fanático.



"En su diario, Ildelfonso escribió como poseído por su celo de novato inquisidor: ´No quisiera morirme sin ajusticiar a un réprobo´. Un mes después, pudo cumplir su anhelo suicidándose."

Marcelo Vía, Breviario de los Suicidas Impecables, 1933. 

Un olvido imposible.



"... cosas que a un buen negligente le ha enseñado el paso de los años. Sería contradictorio enumerarlas, pero ya no recuerdo los primeros versos de un libro que, estoy seguro, leí en los días que precedieron a un verano ya lejano; me son totalmente ajenas las veredas que separaban mi casa de la esquina en donde vivía una anciana que no le ganó al tiempo; y también he triunfado en el olvido de una música que sé que me desveló durante varias noches mientras trataba de dormir. En fin, podría hacer un inventario anacrónico de mis desmemorias más logradas y darme por satisfecho con la esperanza de que todo recuerdo fuera una novedad, pero lastima mi memoria un recuerdo recurrente: el recuerdo de un pasado imposible, el recuerdo de que una vez pude no haberte escrito esta carta, por innecesaria."


Hilario Bielcassé, Cartas, 1939.-

Sub umbra alarum tuarum.



 "Si a la sombra de tu luz me protejes,
¿qué luz detrás de la tuya me ocultas?
O aún no me es dable verla,
o tu luz debe ser desvelada.
Oh, Luz de Luces, ¡cuán largo es el camino!
¿A quién ensombrece mi pálida luz?"

De los Himnos Gnósticos Apócrifos.   

Un Nihilista obstinado.


"... pues bien, mientras viva seré inmortal. Sólo una incoherencia de último momento me podrá disuadir de lo contrario; pero ya no importará."


Camilo Ekvergaard, Manual de Distracciones Vanas, 1935.-

Una forma de esperanza.



"Primero debe uno pensar en el aire y adoptar sus formas. Si nada logra condicionar nuestra voluntad obtendremos buenos resultados, porque no hay nada que pueda contra una libertad bien decidida. Ni el estorbo de la materia será peso bastante para nosotros. Y vuelto el espíritu hacia nosotros mismos sólo nos quedará librarnos del Yo; pero al cabo hasta de él nos libraremos, porque no hay tiempo que pueda contra una muerte inevitable; porque hay una Nada en la que pensar y de la que imitaremos su forma."


Marcelo Vía, Tácticas ante lo inevitable, 1936. 
(En 1942 se reeditó bajo el título "El consuelo del Nihilista")

Torpe criptograma.




"Te hubiera indicado el sentido de las palabras pero juzgué mejor no hacerlo. Extraño método sería aquel que revelara lo oculto cuando ni siquiera es intuido. Tanto más cuando con la primera palabra de cada oración no alcanzo a formar una que exprese tal vacío." 

Carta de Gaspar a Matilde.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Últimas palabras.


"Alternativamente había conocido la dicha y la tristeza, la desesperación, el éxito y su entorno, la fama y el olvido, la indiferencia, varias obsesiones, la fortuna y la desgracia. Había comprendido que aquello no era más que una variedad de estados de percepción y que ninguno alcanzaba para dar contenido a esos versos finales que debían sellar su más definitivo poema. Finalmente intuyó las palabras muerte y coraje que de alguna manera le habían sido ajenas, pero no pudo llegar a escribirlas antes de comprenderlas. Un disparo preciso anunció a las dos de la madrugada el suicidio de Cándido. Había dejado un poema aparentemente incompleto."

Hilario Bielcassé, Historias Anunciadas, 1931.- 

El Aprendiz.


"... una llanura vasta e inconmensurable se desplegó ante los ojos de su imaginación y en un tiempo difícil de precisar la imagen se desvaneció sin dolor. Sostenía aún la pluma cuando sus desorbitados ojos se posaron sobre el papel y titubeó un poco cuando quiso escribir la primera palabra. Optó por cerrar el cuaderno y guardar silencio. ¿Qué viste? - le preguntó el anciano. Juan lo miró fijamente y no consiguió articular palabra alguna. El anciano asintió con la cabeza. Permanecieron mudos durante algunos minutos y luego se dirigieron al Bar "Pampa" en donde alguien les refirió cierta historia de aparecidos."



Hilario Bielcassé, Historias del Todo y de la Nada, 1933.

El enamorado se resiste.



"... que en esencia eran la imagen de una misma mujer multiplicada por el trino del Tiempo. Precedieron a Jano, encontraron su eco en la mitología nórdica y en las Parcas romanas, y sellaron el destino y la fama del Rey Macbeth. La inocencia quiso que fueran hadas y hoy siguen moviendo el Huso del Destino que me lleva hacia Usted, mi Bien, para revelarle su fatal naturaleza, Átropos. Pero le tengo una noticia: soy inmortal; he empezado a olvidarla." 


Carta falaz del Sr. Juan Francisco a la Señorita Isabel.

Un éxito gradual.





"De tanto pensar las cosas, un día se olvidó de sí mismo; y se fue muriendo tan de a poco que ni cuenta se dió de que para el Olvido era ya una nimiedad, algo menos que una desprolijidad del Universo. Sus amigos del café comentaron su muerte al pasar. Alguien refirió lo raro que estaba el tiempo."


Marcelo Vía, Un anacoreta urbano, IV, 1927.-

Un principio.


"Nunca se había demorado en cuestiones teológicas, y por lo mismo el Areopagita le era desconocido. Algo de misticismo había en su ateísmo, y es posible que hubiera podido entenderse con el Irlandés de Irlanda. A fuer de intuir en la negación una verdad inconfesable se dió a la tarea de agotar el orbe en largos viajes porque pensó que en el cansancio de la experiencia le sería deparada la dicha de una revelación póstuma; y así pudo, una noche de verano bajo los influjos de un sauce cercano, escribir proféticamente:


"Para callar lo que no sabía,
Para yacer en un principio codiciado".




Así fue cómo se hilvanaron esos versos, o lo que es lo mismo, así me imagino que se sucedieron".-




Hilario Bielcassé, Versos Olvidados de Varones Prudentes, 1937.-

Lo que no fue.


"Los hechos de aquel viernes se sucedieron caóticamente y el alivio de un imninente final constituía todo el patrimonio de su fe. Un llamado en las vísperas del nuevo día le habría restituido a la esperanza porque del otro lado de la línea bien pudo estar esa persona. Previendo que tal dicha rompiera la congruencia de una vida de ausencias, un año antes había deliberadamente renunciado a toda telefonía. Para el Hado, un destino coherente es preferible a un poeta feliz." 

Marcelo Vía, Antología de las posibilidades.-

El fin.



"... todo: la infamia de su traición, su tristeza por las pérdidas, aquel encuentro azaroso en una esquina casual, el infierno de ser para siempre en signos inamovibles, pero fundamentalmente la ignominia de que la intimidad de su destino pudiera estar siendo contemplada por Otro, cesó cuando cerré el Libro. Ahora no era más que el recuerdo de una idea, una especie de vapor en la cabeza de Alguien."


Hilario Bielcassé, Sobre los Libros, los Demiurgos y sus Parcas, IV, 1937.-

La perseverancia en los propósitos.


"... y aunque no he vuelto a tener noticias de él, intuyo el éxito de su plan. La última vez que lo vi contemplaba, como en éxtasis, unas baldosas partidas en la esquina de Brown y Biritos. Aprendía a desvanecerse, según me refirió incomodamente ante mi mudo cuestionamiento. Noches atrás, mientras caminaba por Brown hacia tu casa recordé aquel encuentro, y me detuve en la esquina de Biritos pero él, claro, ya no estaba: había triunfado." 


Marcelo Via, Cartas.-

Preterición.


"... negarme a declarar el motivo de tan extensa misiva, que de algún modo ya he hecho; porque habiéndome puesto en la ímproba tarea de redactar una carta imposible pudiera valer ésta como una clara prueba de intención y en ello agotar su sentido. Pero conviene que me enderece a un austero final antes de confesar tal caligráfica necesidad de cercanía." 


Hilario Bielcassé, Cartas, 1936.-

La Fuga.



"Habrá que ser claro en el decir y sombrío en los propósitos porque, después de todo, no pienso ocultarte ni un segundo más mi intención de ser invisible. Pero, dado que alguna feliz circunstancia me ha puesto en esta triste situación de desvelo, te de he confesar un secreto: pienso huir."

Hilario Bielcassé, De cuando era un recuerdo aún futuro, 1937.-

Oblivion.



"... recuerdos felices que he amonedado en mi memoria. Pero trato de olvidar el más dichoso, para que en ese olvido pueda sospechar que su forma está en todos: Clara, te estoy nombrando." 

Hilario Bielcassé a Clara Kauffman, 1935.-

Un hecho significativo


"Nunca entendimos por qué, luego de desvanecidas sus carnes, los huesos de la cabeza esbozaban una mueca de ironía. ¿De qué se rien las calaveras?" 


Hilario Bielcassé, Notas, 1930.-

martes, 6 de septiembre de 2011

La sombra de Heráclito.


"¿Quién, después de una muerte, no vuelve a las ruinas de aquellos lugares en donde fueron tristes los días con la vana ilusión de conjurar su destino?"

Hilario Bielcassé, Memorias de un fantasma, 1935.-

El vacío creativo.




"La obra constante del ingenio, que presuroso busca realizar argumentos en devenidos escritos, no es más que un intento de evadir aquello que clama la ausencia."

Leopoldo Dairente, La Pérdida, 1874.-

La búsqueda.


"En sus primeros libros afirmaba lo contrario de lo que ahora comulga; pero en él no es incoherencia: sólo agota en tiempos distintos las posibilidades de una mente inquieta".-

Hilario Bielcassé, Apologías, 1932.-

El viaje final.





"Y un día se fue. No lo hizo acompañado, como solía encarar sus viajes. Lo hizo sólo; quizá porque intuía que, como Dante en el tramo final del Empíreo, el encuentro final con su destino tenía una forma incomunicable que lo absolvería incluso de un último suspiro."



Leonardo De Braganza, Vida de Próspero Vía, 1922.

La nostalgia del escéptico.


"... de que uno puede, incluso, alcanzar la persuación de la correspondencia; pero esto no es más que un engaño pasajero que, en algunas felices ocasiones, puede ser mutuo." 


Hieronymus Calincante, De Pestilentia Affectio, Hibernia, 1242.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La metamorfosis.


"Así es de noche. Cualquiera pensaría que se trata de la misma persona, pero cierto aspecto marmóleo confirma su disímil y agónica naturaleza". 



Federico Altamira Verdemar, Las Cruces de Pontevedra, Cap. XII.-

A Jano.


"El censo resignado de los días que de a poco me consumen compone la total fuente de mi suerte y destino".- 


Agustin Vizzi, La espera, 1927.-

Pareados de la memoria inventiva de un italiano extraviado en la metafísica.



"¿de dónde es que salió esa sublime forma 

que a mis sentidos rebosa la memoria?" 


Leonardo Vitorello, De Creatio Mentis, 1546.

Donde el autor confiesa veladamente su melancolía por ella.


"... queda probado definitivamente que la espera de lo imposible constituye un acto de fe vacío, abtruso, inconsecuente y, sin embargo, feliz." 


Narciso C. Sweig, Comentario al Canto IV del Infierno Dantesco, 1953.

Confessio ab nihilo



"... y sabiendo que es del todo imposible entrever una explicación siquiera razonable a estas insolubles cuestiones, me abandono en ellas para evitar imaginar en qué se empeñan tus días. Y yo tan lejos."


Ignaz Des Champs, Carta a Marguerite, 1927.-

Una Idea inglesa.


"... pensaba que Dios no era más que una abstracción máxima dotada de personalidad. En este tipo de pensamientos pasaba sus días bajo la atenta mirada de la Divinidad."


Pedro Hugo Knock, El Empirismo Revelado, 1932.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Coherencia.


"Dado que no creo en la resurrección, me veo en la obligación de seguir muerto." 

Luis Andrea Golker, Prefacio a un testamento anónimo, 1932.-

Postergaciones.


"En aquellos días era común que el señor de la casa se sirviera del tiempo para demorar en el albur de los cambios un último instante".




Jazham-al-Abduil, Costumbres de los Pueblos de la Arena, XLI.-

De Tempore Consumatio


"... fue disminuyendo lentamente su tenue respiración, y de pronto fue un silencio, y fue resto y ruina." 


Lucrecio Hyspanus, Tempore Consumatio, VII, 2.-

Aire.





"De lo que se trata, señores, es de dominar racionalmente el aire. Si no entienden ésto, es inútil que les hable de Libertad."

Próspero Zetti, Apología del Bandoneón, 1939.-

La Razón incondicionada.



"... demoré su atención tratando de hacerle comprender cómo una razón incondicionada podía volverse sobre sí y fundar en ello la libertad y el deber, y entendí para siempre aquella forma de soledad: la incomprensión." 


Maurice Dolf, Cartas, II

La posibilidad de lo imposible.




"... que tales imposibilidades pudieran estar contempladas en el abanico abstracto de lo posible; ante tal paradoja sólo cabría una afirmación : quizá." 

Ralph M. Freeman, Prolegómeno a una ética calvinista.-

Talismán.



"... en el borde superior podía verse un talismán que sólo los dispuestos a razonar se atrevían a traducir, y en ello radicaba todo su poder, el que, como se ve, era inmenso."


Marcelo Vía, Prólogo al Libro de los Muertos.-

Crónicas.





"A las doce en punto, estando todos los congresales de cara hacia la Luz, se decretó ingenuamente la abolición de toda oscuridad. A medianoche la revolución no se hizo esperar, quizá por melancolía".

Cándido Cerbero, Las Crónicas de Samosata, IV, 2.