"Fíjese, Don Manuel, ¿ve todo esos papeles? No tienen sentido alguno. El desaparecido los escribía porque tenía la idea de que mientras más hojas escribiera de sí mismo, más lograría vaciar su espíritu de ese cuerpo andrajoso en el que andaba. Yo no los leo para no darle el gusto de que habite en mi cabeza. Allá él."
Hilario Bielcassé, El destino de Juan der Buchstaben, 1927.
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