"... y aunque no he vuelto a tener noticias de él, intuyo el éxito de su plan. La última vez que lo vi contemplaba, como en éxtasis, unas baldosas partidas en la esquina de Brown y Biritos. Aprendía a desvanecerse, según me refirió incomodamente ante mi mudo cuestionamiento. Noches atrás, mientras caminaba por Brown hacia tu casa recordé aquel encuentro, y me detuve en la esquina de Biritos pero él, claro, ya no estaba: había triunfado."
Marcelo Via, Cartas.-
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