domingo, 18 de noviembre de 2012

Una apuesta peligrosa.



"Sucede a veces (pero muy pocas) que confundo el amor con la muerte. Y así me enamoro y siento que voy falleciendo cada vez más hasta quedar al borde del abismo. Y ahí un rapto de sensatez me devuelve a mi soledad, a esa soledad que tanto deploro pero que siempre me salva. Es un método de defensa bastante cuestionable, lo sé. Pero creo, sin embargo, que esta vez no hay salvación posible. Y estoy seguro de que  no opondré resistencia alguna en esta caída libre, porque si es cierto que el amor y la muerte son una misma cosa, con Usted no veo la hora de ver las delicias que nos tiene preparado el Cielo. Porque si el amor y la muerte son una misma cosa, en este albur de identidades misteriosas, quién sabe si Usted y el Cielo no estén hechos de igual sustancia. La posibilidad bien vale el riesgo."

                                                              Hilario Bielcassé, carta a una Parca, 1928.

miércoles, 27 de junio de 2012

Dos silencios.



"Iba por sus ocupaciones con una pasión tan esmerada como baladíes eran aquellas. De un modo notable, las abordaba con cierta trabajosa minuciosidad como quien lleva a cabo la delicada tarea de salvar el universo. Se enamoraba de detalles minúsculos y cumplía con sus cargas como un Cristo obsesionado. Los pequeños gestos de sociabilidad de sus amigos constituían su abundante idea de humanidad, y unos cuantos libros apilados en un esquinero de madera hacían las veces de Paraíso. Esta magnificación de un modo de vida tan vulgar era atribuido por sus conocidos a una flaqueza moral, a la resignación y a la barroca idea de dotar de sentido su insoportable idea de existir. Esto último fue certeramente diagnósticado por una psicóloga ocasional que, a modo de augurio íntimo, vaticinó en silencio su total soledad afectiva sin saber que el esforzado infeliz le profesaba en conciencia una total entrega. Y así siguió aquella muda profesional su vida gris, confiada en sus profecías ocultas y tan segura de si misma que hasta el universo mismo parecía no necesitar salvación alguna."

Hilario Bielcassé,  Notas sobre la Ciencia y sus Dogmas, 1936.-

viernes, 1 de junio de 2012

La Historia de un Camino.


Era un camino cansado 
que cuando andaba parecía quieto, y quieto lucía igual. 
También era un camino sincero cuyo norte y sur no cesaban de girar. 
Pero era un camino cansado y hubo un día en que dejó de andar. 
Se quedó quieto, muy quieto, aunque quieto luciera igual.