miércoles, 13 de agosto de 2014

El ocaso de la memoria.



“Fuéronse sucediendo los años y tuve la precaución de no dejar que ninguno de ellos prescindiera de una memoria pulida, exornada de rasgos precisos, sobria en imágenes vanas pero íntima en omisiones abismales. Porque quizá valiera más lo ausente y quedara para el resto del mundo aquella austera imagen de felicidad que la gente se forma de quienes padecemos esta terrible melancolía de los relatos imposibles. Y esto me hace sospechar que el mundo es más profundo de lo que podría imaginar si tuviera aún las fuerzas necesarias que algún recuerdo me consume, ahora que aquellas omisiones se vuelven brumas y ya todo lo pierdo, y ya todo es del olvido.”



                                  Hilario Bielcassé, Prologo de un Diario Inútil, 1936.